Como en el Restaurante Valencia 11 del que ya hablé anteriormente. Pedimos Boletus con reducción al Pedro Ximenez, buenísimos pero ¡Oh sorpresa!, vienen con invitados en su interior, uno de los comensales encuentra un gusanillo dentro de uno de los trozos de setas. La casa cambia el plato y nos ponen otro que han mirado con esmero (creo que hubierqan quedado mejor de otra forma).
Por lo demás tomamos unos Boquerones estilo de la casa, muy buenos, y de plato fuerte Caldero de Gallina, bastante bueno, pero el arroz posterior aparte de sobrar estaba muy, pero que muy enterito (vamos, que estaba durillo).
El vino fue un Juan de Albret del que ya hablé el 8 de enero (15€ en la carta), corroboro mi opinión: un navarrico muy rico.
Después de una vuelta a este restaurante en fechas recientes donde comentaba que había vuelto a gustarme, me dan este disgusto. Probablemente tarde en volver.
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